Éste es el automóvil donde falleció de varios golpes la joven Nohemí Gómez Urbina tras chocar contra un camión.
Tegucigalpa, Honduras
Muerte, destrucción y luto dejaron dos aparatosos accidentes de tránsito que se reportaron ayer en la carretera del norte, el primero a la altura de la comunidad de Zambrano y el otro en el valle de Amarateca, en el Distrito Central.
Al filo de las 3:50 de la madrugada en el kilómetro 40 un camión color blanco conducido por José Antonio Molina Martínez, que transportaba un cargamento de papas, arrolló a un turismo verde que circulaba en sentido contrario con dos ocupantes a bordo.
En el acto falleció la joven Candelaria Nohemí Gómez Urbina, de 24 años, mientras que su hermano Manuel Marcelo Gómez Urbina resultó mortalmente herido y fue trasladado a un centro hospitalario capitalino.
El cadáver de la infortunada quedó atrapado entre el amasijo de hierro retorcido en que quedó convertido el vehículo, de donde fue sacado por un equipo de rescate del Cuerpo de Bomberos.
La versión que maneja la Policía es que el camión circulaba hacia la capital procedente de Ocotepeque y que, aparentemente, el motorista se durmió, invadió el carril contrario y arrolló al pequeño automotor .
El jefe de la Dirección Nacional de Tránsito (DNT), René Maradiaga Panchamé, confirmó que los dos hermanos venían de la zona sur con destino a Comayagua.
Mueren padre e hijo
Otra tragedia ocurrió alrededor de las 6:45 de la mañana en el kilómetro 14 a la altura de Amarateca, en donde un autobús del transporte interurbano de la empresa Contreras con placas AAG-8504 chocó de frente con un pick up, color rojo vino, con matrícula PAJ-3133, y dejó el saldo de dos muertos y un herido.
Las víctimas son Jesús Yovani Amador Barahona, de 45 años y su hijo Yovani Jesús Amador Canizales, de 14 años, estudiante del instituto Jesús Aguilar Paz, quienes residían en la colonia Bella Vista Norte de Comayagüela.
En el percance resultó gravemente herido otro hijo de Jesús Yovani y hermano del adolescente, quien fue identificado como Franklin Amador Canizales, de 23 años, quien la tarde de ayer se encontraba en estado crítico en un hospital capitalino.
Un inspector de la Policía explicó que, de acuerdo a las declaraciones de testigos, el autobús circulaba de Comayagua a la capital y que de manera correcta el conductor de la unidad de transporte de pasajeros rebasaba una rastra en un tramo de tres carriles.
En el momento que el bus se enfiló en el carril central, el pequeño automotor trataba adelantar a un camión, por lo que impactaron de frente.
La cabina del pick up quedó abajo del autobús convertida en un amasijo de hierro, mientras que la parte trasera acabó en una cuneta a unos 20 metros de distancia.
Los cuerpos inertes de los infortunados quedaron tendidos sobre el pavimento, de donde fueron levantados tras el reconocimiento legal realizado por las autoridades competentes.
Los motoristas del camión y del autobús fueron requeridos por agentes de la Dirección Nacional de Tránsito y puestos a la orden de la fiscalía para que se les instruya el respectivo proceso judicial.
Al inicio de Semana Santa
El viernes en horas de la noche, a la altura de Buena Vista, San Jerónimo, Comayagua, un carro de paila que transportaba a unas 31 personas que iban rumbo a una vigilia para recibir la Semana Santa, se fue a un abismo provocando la muerte de seis personas, la mayoría menores de edad, tres de ellos los hijos del pastor que lideraba la iglesia Luz Resplandeciente de la aldea Rancho Grande, Comayagua.
El lunes en horas de la tarde, en las montañas de la cordillera de El Merendón, cerca de la aldea Buenos Aires, otro carro sobrecargado de pasajeros, todos miembros de una familia, sufrió desperfectos en los frenos por lo que cayó en una hondonada provocando nueve heridos, tres de ellos de gravedad.
El equipo de rescate tardó varias horas en trasladarlos desde la montaña hasta el hospital Mario Rivas de San Pedro Sula.
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