Tegucigalpa,Honduras .
Un ambiente de tristeza impregnaba aún el auditorio del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
La hija del periodista Andrés Torres Rodríguez había pedido, desde lo más profundo de su corazón, que liberaran a su padre enfermo, raptado hace más de una semana.
Las lágrimas aún rodaban por las mejillas de personalidades que asistieron al evento de premiación del periodista Renato Alvarez cuando el presidente Manuel Zelaya tomaba el micrófono para dirigirse a la concurrencia.
Sus primeras palabras fueron de solidaridad con la familia de los comunicadores secuestrados y luego, en un acto de aparente extrema misericordia, extendió sus manos al cielo y pidió a la concurrencia acompañarlo en oración.
“Vamos a rezar”, dijo el hombre que dice estar “cubierto por la sangre de Cristo”.
“Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre…”
De pronto, en el rostro del presidente Zelaya comenzaban a asomarse indicios de duda.
La concurrencia rezaba a su ritmo. El silencio obligaba a uno que otro a abrir sus ojos para encontrar explicación a las pausas del gobernante.
“Danos el pan de cada día, perdona nuestros pecados así como nosotros perdonamos a los pecadores (extensa pausa), danos hoy (otra extensa pausa, traga saliva y mira a uno y otro lado como buscando ayuda divina) y hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo”.
Entre risas y suspiros de admiración, el Presidente dijo: “pueden sentarse”.
La concurrencia no daba crédito a lo ocurrido y es que el Presidente de Honduras dejaba al descubierto que no se sabe la oración que Jesucristo enseñó a sus discípulos hace 2,000 años.
Sí, el Presidente olvidó la oración que miles de millones de cristianos elevan día a día y que se inculca en el seno del hogar desde los primeros años de vida.
Zelaya Rosales, quien estudió en el instituto Salesiano San Miguel, bajó sus manos dirigidas al cielo y prosiguió su discurso a favor de la cuarta urna, interrumpido solo dos veces por los aplausos poco sonoros de su cuerpo de guardaespaldas y uno que otro ministro que llegó al evento del Colegio de Periodistas.
La oración del PADRE NUESTRO
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosostros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
perdona nuestras ofensas,
como también nosostros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario